La diabetes y los riñones, ¿Por qué la glucosa alta daña los riñones?

Cuando el doctor nos confirma que tenemos diabetes o si tienes a alguien cercano que la padece. es importante que esté atento a esta información para que conozcas los daños que pueden sufrir tus riñones y cómo evitar o atacar el problema.

Se dice que la diabetes trae consigo una serie de consecuencias dentro de las que resalta el deterioro de algunos órganos. siendo los riñones el caso más conocido, a esta condición se le conoce como nefropatía diabética.

¿Por qué se produce la nefropatía diabética?

Cuando no hay producción de insulina o existe una resistencia hacia ella, el torrente sanguíneo se llena de glucosa y como consecuencia se genera un daño significativo en los vasos sanguíneos.

En este caso el daño se produce en los vasos sanguíneos que se encuentran en los riñones, haciendo que la filtración de la sangre que se lleva a cabo en estos órganos no se produzca de manera eficiente.

¿Existe un tratamiento para la el daño renal por la diabetes?

Desafortunadamente aún no existe una manera de poder revertir el daño que la diabetes produce en los riñones.

La única manera de no sufrir este daño es evitándolo, por eso es importante estar en constante revisión médica, incluyendo los exámenes correspondiente para poder determinar si ya existe un daño, esto es importante hacerlo ya que el daño puede estar presente sin necesidad que existan síntomas.

¿Qué hacer en caso que ya exista un daño?

A pesar que no se puede revertir el daño si es posible frenar o disminuir el progreso de la enfermedad.

Para esto también se deben seguir los consejos de los especialistas médicos, que seguramente nos recomendarán estar atentos en los siguientes aspectos de nuestra salud.

• Mantener bajo control los niveles de glucosa en la sangre: Es importante saber cuál es el nivel de glucosa en la sangre a través de un chequeo constante mediante la prueba A1C y con el uso de dispositivos caseros como el glucómetro.
• Debes Mantener bajo control el nivel de la presión arterial: También podemos medir constantemente nuestra presión con dispositivos como el tensiómetro, debemos asegurarnos que se encuentre en un nivel menor de 120/80.
• Mantener bajo control los niveles de colesterol: Tanto el colesterol malo (LDL) como el colesterol bueno (HDL) deben estar controlados, el índice de colesterol total debe ser menor a 200, distribuidos en un HDL mayor a 40 y un LDL menor a 100.
• Llevar una alimentación balanceada y saludable: Se recomienda estar asesorado por un nutricionista para aprender a diseñar una dieta alejada de carbohidratos, azúcares y grasas.
• Mantener constantes rutinas de actividad física: El ejercicio debe ser controlado por personal médico y entrenadores acreditados para que no se esfuerce en exceso al cuerpo.
• Controlar nuestro peso corporal: Esto se logra realizando ejercicios y controlando nuestros hábitos alimenticios
• No fumar: El tabaco y la nicotina solo agravan cualquier problema de salud que tengamos en el cuerpo y solo agregaran sustancias toxicas a nuestro organismo, forzando el trabajo de los riñones para poder limpiar la sangre.
• No ingerir alcohol: Lo mismo sucede con el alcohol, este intoxica el organismo y produce deshidratación.